
¿Hasta cuándo vas aceptar vivir esta situación de
humillación?
Esto
no es el plan de Dios para tu vida, pero decir basta no es suficiente, la acción
es necesaria para provocar el milagro.
Cuando la persona está enojada o indignada por la
situación es llevada a tomar una acción, las palabras no son
suficientes.
Si
deseas poner fin a tu sufrimiento, haz algo al respecto y no te quedes de brazos
cruzados esperando a ver si pasa algo.
Indígnate con el mal, pero no de
boca.
Los
valientes jamás retroceden, sus ojos sólo ven el
objetivo.
Basta
de vergüenza, humillación, pobreza, desestructuración familiar, la vida
sentimental atada, basta.
¿Sabes cuándo Ana puso fin a su humillación?, cuando se
indignó, dejó de llorar e hizo algo para atraer la atención de Dios, que la
bendijo y le dio el hijo tan deseado, Samuel
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